domingo, 24 de junio de 2012

Estaba sentadaLa nave.

 en el banco de la plaza,observando las dos lunas,esperando una señal.
La escarcha bañaba mis pies,casi no los sentía.Cada tanto me pisaba a mi misma para despertar del letargo.La espera,como todas,fue agónica,interminable,agotadora.
La nave llegó una madrugada,se instaló en el centro de mis pensamientos y todo comenzó a girar.
Perdí la noción de las cosas  ,en todo caso lo nuevo invadía con bravura en la vieja tempestad.
El cuerpo ya no respondía a los comandos  y se llenó de una extraña humedad.
Las emociones se chocaron y bailaron su propia melodía.
¿Sería posible que me buscara a mi?En todo caso ¿era a mi a quién buscaba?
Ella ,me miró fijo y decidió perturbarme entrando en mi vida.Me hice a un lado de la puerta y le dí la bienvenida.
Nos observamos un largo tiempo.Ella y yo,yo y ella,involucrándonos en el sin sentido.

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